Sunday, July 16, 2006

Regulación del dinero

Regulación del dinero
Francisco Javier Chaín Revuelta

El dinero establece una de las formas más importantes de una colectividad representada territorialmente porque le otorga un status a cada miembro individual como propietario de una mercancía determinada. El dinero permite a sus tenedores con su fuerza de compra alcanzar lo que desean, y permite igualmente vender su fuerza de trabajo. El dinero es frecuentemente subestimado en su significado porque es sólo visto como un medio de pago pero no como reserva de valor. La relación con el dinero permite la realización de los valores y establece la conexión entre la acumulación del pasado, el presente y el futuro.

La valorización termina cuando se vende la producción y se tiene el dinero equivalente en resguardo. Puesto que esto es posible es necesaria una regulación estable. La inflación puede diluir la ganancia; el alza de los intereses puede amenazar la capacidad de pago y una reevaluación puede terminar con las estrategias de exportación. Las políticas monetarias pueden definir cuáles productos tendrán determinado valor; ellas influyen sobre las relaciones entre el trabajo del país y del exterior, pero también del capital con el salario. La restricción monetaria es forma estructural del capitalismo.

La política monetaria es soberana cuando un gobierno puede fijar de manera independiente los intereses y el sistema cambiario. Los países de la periferia como México sólo durante alguna muy breve fase habrán podido tener tal soberanía. Esta competencia esencial de la política monetaria permitió a los grandes Estados de la periferia una homogeneidad de su espacio monetario como espacio para la circulación de mercancías y un sistema productivo.

Finalmente es el poder quien juega un rol central en la relación con el dinero: La inflación transfiere riqueza de los propietarios hacia los deudores; del Estado a los propietarios a la vez deudores del mismo. La devaluación favorece a los exportadores frente a los importadores. La hiperinflación desestabiliza a una sociedad porque finalmente nadie tiene noción sobre el valor de las cosas. Con la dolarización un país renuncia a una buena parte de su soberanía; la política monetaria de EUA -al igual que los intereses y la política cambiaria- es aplicada en un espacio dolarizado así ese sea o no su deseo. La dolarización tiene para los países de la periferia similares repercusiones que el patrón oro del siglo XIX. La política en la periferia atada a un valor externo se ve obligada y reducida a defender el valor del dinero, esto significa inflación, un presupuesto y una balanza de pagos deficitaria a la vez que condicionan el flujo de capitales. Los dólares llegan al país sólo cuando sus balances son adecuados.

Como nación, quien quiera afianzar la vida social y la economía debería renunciar a tal política dolarizada. Como en el siglo XIX, hoy es difícilmente asociable con un orden democrático condicionar un aumento salarial al riesgo inflacionario y las obligaciones sociales, al peligro de no poder alcanzar un presupuesto equilibrado. México es en la actualidad lamentable ejemplo de las consecuencias de una grave tendencia hacia la dolarización y sobre valuación, que se expresa en la decadencia económica y en el consecuente riesgo de la ruptura democrática. Los precavidos prefieren guardar el dinero en oro y otros materiales preciosos, no como el equivocado gobierno que la “reserva” o tesoro nacional lo almacena en papeles verdes impresos que en cualquier momento o declinan su valor o se evaporan en un incendio. fjchain@hotmail.com